La primavera, como el amor, está en el aire y tu piel lo sabe. Por esta razón, sobre todo en los días que con el viento llevan un exceso de suciedad y contaminación, vas notando un enrojecimiento al tiempo que tus ojos, nariz y garganta muestran signos de congestión e irritación.
Aunque laves tu cara por la noche, con la llegada de la nueva estación, tu piel necesitará una ayuda extra para pasar bien los días sin irritarse, y esa ayuda puede ser el agua termal.
¿Qué es el agua termal y por qué es importante usarla?
Cuando tienes una piel sensible (y con el sol y la contaminación que experimentamos a diario, básicamente toda piel lo es), el agua termal es un producto que calma, fortalece y cuida tu piel; se compone de aguas de lluvia que se filtran en el suelo y durante años viajan entre las rocas del subsuelo enriqueciéndose con minerales de la tierra. La temperatura a la que manan depende de lo profundo que sea ese camino, pero siempre serán frescas al momento de entrar en contacto con tu piel.
Su composición, rica en minerales como selenio, silicio y magnesio, las convierte en el tratamiento cosmético por excelencia que pueden desde mejorar tus cicatrices o quemaduras hasta dar un verdadero efecto rejuvenecedor.
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Sin embargo, no se trata de usarla como regadera de balneario, y aunque su tamaño y su costo deberían revelarnos esta información, aquí te decimos 8 formas de usar el agua termal:
- Hidrata: los efectos del sol, el ambiente y los aires acondicionados impactan sobre todo en la capacidad de tu piel para mantenerse hidratada, sin embargo, al rociar agua termal, la hidratación presenta una mejoría de hasta un 80% en tan solo 7 días de uso, gracias a la permeabilidad que permite.
- Disminuye irritación de la piel sensible: las reacciones que provoca el aumento de factores como la sudoración, el polvo y el sol, frecuentemente se manifiestan en piel enrojecida o rosácea. El uso diario del agua termal, disminuye éste y otros efectos, como la picazón, ardor o comezón en la piel sensible.
- Tonifica: el manganeso y el magnesio del agua termal tienen propiedades antioxidantes que combaten el envejecimiento prematuro; además, el zinc, cobre y selenio activan la síntesis de colágeno y elastina, por lo que usarlo de forma cotidiana, le devolverá firmeza a tu rostro, tonificándolo.
- Fija el maquillaje: en estos días, maquillarte puede hacerte sentir que traes una capa de mazapán sobre la cara, para evitarlo, rocía una bruma de agua termal sobre tu piel al finalizar tu maquillaje para ayudar a fijarlo y mantener hidratada tu piel.
- Tratamiento en quemaduras por el sol: si bien, la sensación del agua termal sobre la piel sensible por la exposición al sol es suficiente para sentir alivio, sobre todo si lo refrigeras antes, su uso constante nivelará el pH de la piel, facilitando su regeneración y eliminando la sensación de ardor.
- Mitiga la comezón por picaduras: el calcio del agua termal inhibe la liberación de histamina, la sustancia responsable de las alergias y los procesos inflamatorios que desatan las picaduras de insectos provocando comezón.
- Después del gimnasio: si acostumbras hacer ejercicio por las mañanas, o después de hacer tu rutina tienes un compromiso importante al que no quieres acudir con la cara enrojecida e hinchada, lleva contigo tu agua termal y rocíala al terminar de hacer ejercicio, de esta forma, recuperarás los minerales que perdiste al sudar y le devolverás a tu piel su tono normal.
- Refréscate durante viajes en avión, en climas secos, calurosos o con aire acondicionado: el agua termal forma una especie de “película” sobre la piel, mejorando la retención del agua y protegiéndola de la resequedad que provocan este tipo de ambientes.
Si tienes una piel sensible, puedes utilizar el agua termal a cualquier hora del día para recuperar la luminosidad de forma prácticamente inmediata. Su uso te servirá para refrescar, calmar la congestión, evitar enrojecimientos y hacer una recarga de minerales; durante un viaje, para hidratar y eliminar los signos de fatiga y, sobre todo, en verano, ya que refuerza las defensas naturales de la piel frente a la radiación ultravioleta, y rehidrata la piel tras un baño en el mar o en la piscina.
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